Cuento de terror en el que hombre traumado por la muerte de su esposa mata a los sirvientes cuando se le aparece su fantasma en un pueblo de los Estados Unidos. En poco más de una hora de duración, Joseph H. Lewis traslada la atmósfera del melodrama gótico a una improbable historia policial. La sorprendente modernidad de su puesta en escena hace de la necesidad un recurso funcional: los travellings de acercamiento y el juego con el foco de la cámara. La sugerencia de algunas imágenes vale más que la coherencia del planteo.