Drama en el que James Franco trata de rodar las escenas borradas del film Cruising (1980) en Los Angeles. La película no es enteramente de ficción, pero tampoco es un documental convencional. No hay exterioridad entre lo que se está haciendo y lo que se está documentando: son la misma cosa. Sin embargo, la escena en que se escucha la voz en off de Franco indicando lo que deben hablar los personajes es la que marca el pacto ficcional. Las proclamas de su personaje sobre la representación del sexo en el cine y la sexualidad en la cultura (expresadas en la conversación que comparte con Val Lauren) son válidas, pero no se reflejan en lo que quiere hacer con esta película. A fin de cuentas las escenas recreadas son bastante pocas y no tan explícitas. Las breves imágenes del bar gay impactan porque la cámara y el montaje son más chocantes, pero definitivamente no tienen la estética del film original. Interior. Leather Bar no es ni una re imaginación de Cruising ni un documental sobre el rodaje de esa re imaginación. Da la impresión de que Franco esta vez llegó un poco tarde.