Documental sobre la región de Irlanda donde fue filmada The Quiet Man (1952) de John Ford. A partir del retrato de una comunidad marcada por la filmación de una película hace casi 40 años, de la inclusión de imágenes del original, de la recreación de algunas de sus escenas y de una historia levemente ficcional de una chica irlandesa que vuelve de los Estados Unidos en busca de trabajo, Guerín opera en una zona mixta. La mezcla de ficción y documental sea hace inevitable, pero más por la debilidad de los dos registros que por la relación de uno con el otro. El documental es bastante libre y la ficción bastante vaga. El pacto no está del todo establecido y la película va perdiendo encanto con el paso de los minutos. Aunque la última imagen de la niña bailando mientras la cámara se aleja es sencillamente hermosa.