Drama en el que dos refugiados afganos intentan escapar a Inglaterra. Con herramientas del cine documental (actores no profesionales, cámara al hombro, iluminación natural, distancia dramática y emocional), Winterbottom hace un viaje hacia la deshumanización. Los cuerpos se convierten en mercancías, la naturaleza es un simple obstáculo y las relaciones meros intercambios de valores. Lo más horroroso del escenario que presente es que en ningún momento nadie se cuestiona el estado de cosas. Más allá de la denuncia política, de la referencia al 9/11 y del dilema de la inmigración, lo que se impone es la idea de que el ser humano es incapaz de gobernar su destino. La inmensidad de la fotografía en scope, la banda sonora de Dario Marianelli y la inclusión de intertítulos como recurso estético son arreglos formales que no distraen. Ni siquiera la resolución es un dejo de esperanza, apenas una tregua. Winterbottom puede conciliar sus dos vertientes (la realista y la de género) porque su postura siempre es política.