Comedia dramática en la que un actor desempleado trata de montar una producción de Hamlet en Surrey durante las navidades. La precariedad de medios permite a Branagh encontrar cierta identidad visual, intuir lo que es la profundidad de campo y componer bellas imágenes en blanco y negro. Aun así falta todavía falta ajustar el tono, la efectividad de los chistes y el timing narrativo. El apuro de las escenas hace caer en el cliché del dilema de la oferta. Sólo queda el sorry time para el final.