Comedia romántica en la que un tímido profesor de escuela secundaria se enamora de una bella joven ciega desprejuiciada en Bologna en la década de 1930. Nuevamente Pupi Avati afronta una película de época, aunque en esta ocasión se centra en un personaje. El gran mérito es que logra ponernos en la mente del protagonista y su conflictiva relación con las mujeres, una pretendiente manicura y la ciega que lo domina en todo momento. La justificación para la presencia de la película en la competencia oficial de Cannes, la tercera vez para Avati después de Bix (1991) y Magnificat (1993), habría que buscarla en la fotografía luminosa en formato panorámico, algunos estilismos de cámara y la participación en el reparto de un avejentado Giancarlo Giannini. Aunque realmente 2003 fue año flojo. Un par de momentos bien resueltos (la conversación en la cama del hotel durante la noche que comparten juntos) no alcanzan para inclinar la balanza a su favor. Avati continúa filmando con regularidad y aplomo. Esperemos que vuelva a los géneros también.