Cuento de terror en el que un joven utiliza una misteriosa aplicación online de mejoramiento personal que empieza a consumir su vida en Los Angeles. La película está planteada como thriller, pero Khalfoun no resiste la tentación de incluir algunas pesadillas, visiones y alucinaciones para llevarla al terreno del cine de terror. La trama se desarrolla como The Game (1997), en el borde de la realidad y la pesadilla, aunque aquí la conexión con el mito de Fausto resulta ineludible. La inmersión en el horror físico/mental o el brote de horror en la más cercana cotidianidad (Cronenberg) sigue siendo el terreno más fructífero para el cine de terror contemporáneo. Las últimas películas de Stuart Gordon y el cine de Lucky McGee van por ese camino. Pese a que aquí el relato se construye a partir de una app, algunas películas de principios de la década de 2000 ya habían explorado los miedos tecnológicos a Internet utilizando el mismo esquema: los parecidos con Horrorvision (2001) resultan sorprendentes. El problema en este caso es que el retrato un poco condescendencia del protagonista (los montajes de sus críticas en su video blog online resultan vergonzosos) impide expandir el alcance del producto.