Giallo en el que un asesino serial mata estudiantes universitarias en Perugia. El film es un giallo ambicioso y espectacular ambientado en el ámbito académico, intelectual y bohemio. Sergio Martino es capaz de citar a Michael Powell o a Michelangelo Antonioni, al mismo tiempo que compite en morbo y violencia con Dario Argento o Lucio Fulci. Lo mejor resulta el uso de la luz (los asesinatos son relámpagos de sangre) y de los sonidos (la música presupone a Goblin). Algunas memorables secuencias (el asesinato de la joven pasada de mariguana en el pantano y la protagonista escondida mientras el asesino rebana cadáveres) deben estar entre las mejores del giallo.