Aventura en la que un guerrero protege a una mujer y su hijo en Escandinavia en el siglo IX. Bava adopta algunas poses del spaguetti western para trasladarlas a la Europa medieval. El experimento sale bien porque el mito es universal, los planos respiran en todo momento, el toque gótico aparece oportunamente y el gesto final del héroe resume el poder afectivo de la historia.