Drama en el que un psiquiatra trata a un paciente que dice ser extraterrestre en un hospital de Buenos Aires. Subiela trabaja con varias ideas (una trama que coquetea con la ciencia ficción, la relación doctor-paciente, la referencia a la historia de Jesús, la situación de la Argentina), de ahí que la cámara se crea autorizada a moverse en todo momento. Pero el filtro burgués con que mira a los personajes, los recursos visuales publicitarios (ese plano detalle del vaso de whisky), el uso de la voz en off y los diálogos declamativos le quitan credibilidad a todo el planteo.