Comedia que recrea algunos episodios de la humanidad desde su nacimiento hasta la revolución francesa en el siglo XVIII. Luego de parodiar el cine, el medio y el maestro, Mel Brooks intenta hacerlo con la Historia con mayúscula. Pero se encuentra con el problema de la serie. Desde el péplum a la biblia, pasando por la peste y el corsé, más que una expansión del dispositivo de la comedia es una reducción del humor a sus componentes básicos. La película se vuelve discontinua, sólo la aventura la lleva adelante, de a muy pequeños momentos. El gag pierde su poder mental y es propenso a la ofensa de los más débiles. Un dilema contra el que Brooks tendrá que luchar hasta el final de su obra, que le concierne no sólo a él sino a todo el género, pero que ya desde su ópera prima fue uno de los primeros en vislumbrar con verdadero humor.