Drama en el que un acaudalado mercader se obsesiona con llevar a la realidad una historia que se cree mito en Macao en la década de 1860. La película es un Welles menor (apenas una hora de duración y sólo tres actores) que responde a un encargo de la televisión francesa. Lo que no impide apreciar su genio en la representación, la manipulación y la puesta en escena. A fin de cuentas, la relación paradójica entre el mito y la realidad hace que en la narración de historias el quién y el desde dónde sean más importantes que el qué.