Documental sobre una escuela secundaria en Philadelphia. Wiseman lleva de nuevo su cámara al interior de una institución y filma lo que encuentra. Luego de los problemas legales que tuvo su anterior película uno puede pensar que la escuela haya tomado ciertas precauciones a la hora de darle acceso a lo que Wiseman buscaba. Y de hecho durante gran parte del film no encontramos los abusos de Titicut Follies (apenas algunas reprimendas sobre la vestimenta, las peleas o los alumnos fuera de clase después del recreo). De hecho hay clases de español, francés, poesía y educación sexual, actuaciones en los que los roles se invierten, los alumnos juegan a ser astronautas. Pero es en la forma en que se dicen algunas cosas (¨Este no es lugar para ser individualista¨) y en la carta que una profesora lee de un ex alumno reclutado para Vietnam que aparece una crítica devastadora a la institución. Ese es el gran mérito de Wiseman, corrernos del lugar habitual en el que vemos las cosas.