Western en el que un pistolero llega a un pueblo y lo contratan para defenderlo de unos bandidos en Arizona en la década de 1880. Si bien el film es una prolongación de su personaje en los films de Sergio Leone y de los motivos del spaghetti western, el humor de Eastwood es mucho más rústico y el giro fantástico trata de desviar el sustrato reaccionario de la historia. Igualmente la pintura que hace del oeste, repleto de cobardes y usureros, no es para nada complaciente. Por eso, el pistolero protagonista no molesta.