Secuela de Black Caesar (1973) en la que el mafioso negro trata de rearmar su banda en Harlem, New York. Cohen no se preocupa mucho por detallar los procedimientos y las actividades mafiosas, sino que llena la pantalla de acción y violencia a ritmo de música funk soul. Lo mejor resulta el desparpajo con que Cohen se toma las cosas, al incluir una suerte de persecución de aviones con vuelos de líneas tomados en un aeropuerto con escasos minutes de diferencia y un cura que bendice a su víctima antes de matarlo.