Policial de acción en el que un detective se enfrenta a unos traficantes de armas en Hong Kong. Los convencionalismos del guión son llevados al terreno del exceso visual y narrativo a la par de un oportuno sentido del humor y una violencia constante. De las coreográficas secuencias de acción se destaca la última, ambientada en un hospital, que incluye una matanza de pacientes, un impresionante plano secuencia y un tiroteo con un bebé en el brazo. Pese a que el ritmo no decae nunca, tal vez 128 minutos de duración sean demasiados.