Comedia en la que un ejecutivo de un estudio Hollywood trata de resolver los problemas de rodaje de sus estrellas en Los Angeles en 1954. Luego de su película más melancólica, era lógico que los Coen se volcaran por una comedia colorida, liviana y hasta musical para su siguiente film. El problema es que mitifican demasiado al sistema de los estudios del Hollywood clásico. Por lo tanto, la sátira es tan obvia que ni siquiera merece la pena detenerse en ella. Si bien se toman el trabajo de recrear con un humor y precisión las escenas de las películas que se están rodando en el estudio (un peplum, un western, un melodrama y un musical), la estructura episódica del film deja al protagonista, a algunos gags y al resto de los personajes un poco fuera de lugar y faltos de timing. Lo mismo puede decirse de la subtrama de un grupo de comunistas (ex guionistas explotados por Hollywood que cuentan con el apoyo y la presencia de Theodor Adorno) que secuestra a la estrella del estudio interpretada por George Clooney.