Drama en el que dos hermanos de New York, un programador adicto a las drogas y un médico especialista en cirugía, se mudan juntos a Los Angeles. Franco continúa con sus ejercicios autodidactas como director. Esta vez con un drama familiar que narra la historia de dos hermanos aparentemente opuestos que terminan asemejándose más de lo que se insinuaba. Si bien al principio el film opta por un tono algo ligero, el problema es que a mitad de camino ya ha jugado todas sus cartas. El conflicto de la pareja culposa y autodestructiva es un terreno que Scorsese prácticamente consumió en el cine americano desde Mean Streets (1973).