Thriller en el que el dueño de un bar es el principal sospechoso de la desaparición de su esposa en un pueblo de Missouri. Fincher continúa la buena racha de proyectos, en este caso adaptando otro bestseller reciente. El film muestra a un Fincher tan juguetón como en The Game (1997), que aplica el piloto automático de The Social Network (2010) y que toma algunos apuntes sobre el manejo de la información de Zodiac (2007). En el camino bordea el cine negro a través de la transformación de su protagonista femenina en una femme fatale. Fincher continúa la sombra falsaria de Fritz Lang y de Orson Welles, y se muestra cómodo con una veta artificiosa de Alfred Hitchcock. Destacar la música de Trent Reznor y Atticus Ross en las escenas de flashback cuyos acordes tranquilos devienen inquietantes, la simétrica planificación (con la referencia inevitable a Stanley Kubrick) y la constante aportación de detalles en las actuaciones y el decorado. Tal vez la duración excesiva de dos horas y media afecte la estructura de thriller, pero el sentido del humor sutil ayuda a sobrellevarlas.