Secuela de Ghostbusters (1984) en la que los caza fantasmas vuelven a juntarse después de cinco años en New York. Ni la trama de la restauración de una pintura que contiene un demonio, ni el humor de Dan Aykroyd o los chistes de nerd de Harold Ramis, ni los efectos especiales de masas 1 y el tren fantasma, ni el clímax con la estatua de la Libertad caminando por Manhattan logran sorprender o siquiera estar a la misma altura del original (que tampoco era una maravilla por empezar).