Cuento de terror y ciencia ficción en el que un científico viaja en el tiempo y conoce al doctor Frankenstein en Suiza en el siglo XIX. Más allá de la fuente literaria (la novela de Brian Aldiss), de la reinterpretación del mito y del cuidado de la reconstrucción de época, Corman retoma las cosas donde las dejó en la década de 1970: un ritmo endemoniado, un guión delirante y el espíritu de la serie B intacto. Claro que el espectador del cine de terror actual (demasiado acostumbrado a los sustos fáciles y al gore desatado) puede tener dificultades para encontrar atractivo en el sentido del humor subterráneo y en las reflexiones filosóficas que propone el film.