Comedia dramática en la que una pareja de adolescentes decide tener un hijo en contra de la opinión de sus respectivos padres en Kenosha, Wisconsin. Luego del paso en falso de Happy New Year (1987), Avildsen retoma la buena senda con un planteo desdramatizador de una historia de amor adolescente que recuerda a Ingmar Bergman. Más allá de la inversión de los valores culturales respecto al embarazo, el film reposa en los detalles de algunas escenas: cuando la protagonista le da noticia a su novio ni tiene que mencionarlo o el beso en profundidad de campo cuando se despiden en la calle.