Thriller de ciencia ficción en el que una niña (con poderes piroquinéticos) y su padre (con poderes mentales) son perseguidos por una organización gubernamental que los busca para practicarles experimentos en New York. La película se sostiene en las habilidades naturales como actriz de la niña Drew Barrymore y en la malicia que George C. Scott le agrega a su personaje. Porque el concepto y el planteo argumental provenientes de la novela de Stephen King es muy limitado. Ni el final esperpéntico puede animar un poco la función. Sólo Brian De Palma hubiera podido sacar algo de semejante material.