Film de animación en el que un zorro roba a los tres granjeros más acaudalados de un pueblo de campo. Wes Anderson incursiona en la animación y en la adaptación literaria (la novela para chicos de Roald Dahl), Más allá de sus virtudes técnicas, tal vez sea su film más frío. No es que carezca de sus habituales tics (la simétrica composición del plano, los colores cálidos, la banda sonora con rock de la década de 1960, la división de capítulos, el trasfondo existencial), pero en este caso el relato se encierra en una trama de fuga y rescate que le quita posibilidades. Sólo algunas pinceladas y detalles como los planos generales sostenidos, el salto a la pileta con pirueta incluida, la esposa del granjero que deja la llave para entrar a casa o la camiseta del marinero rata permiten disfrutar de la bella animación de corte artesanal. Anderson trata de diversificar su obra para evitar las acusaciones de manierismo y repetición, pero su impronta es más fuerte.