Melodrama que narra dos historias, una de un asesino a sueldo que quiere abandonar su oficio y otra de un joven mudo que trabaja en restaurants, que se cruzan en las noches de Hong Kong. El film es una especie de prolongación de Chungking Express (1994) en la que Wong Kar-wai tiene la oportunidad de desplegar su fascinante estilo visual que desconoce todas las reglas y convenciones ortodoxas de planificación, encuadre, montaje y raccord. Aunque el film se pierde un poco en la arbitrariedad de los sucesos, en el uso excesivo de la voz en off y en la sensación de que las historias parecen no ir a ninguna parte, nunca deja ser emocionante y estimulante.