Serie de television distribuida por la cadena Showtime entre 1993 y 1995.
Dead-End for Delia (Phil Joanou): policial en el que un detective investiga el asesinato de su esposa a la salida de un club nocturno en Los Angeles. Adaptación de un cuento de un tal William Gault. Hay un grado de complacencia hacia el espectador en el giro que da la trama que deja inerte la interpretación de Gary Oldman, la fotografía levemente expresionista y la esforzada reconstrucción de época de este primer episodio de la serie.
I´ll Be Waiting (Tom Hanks): policial en el que un guarda de un hotel cuida a una mujer que se hospeda de la policía y su marido que la buscan en Los Angeles. Tom Hanks se muestra como un director atento que sabe explorar los tiempos muertos del cuento de Raymond Chandler, la figura icónica de la mujer bella y el honor del protagonista que la protege. Incluso el cambio de la resolución respecto al relato original resulta más convincente en términos visuales.
The Quiet Room (Steven Soderbergh): policial en el que una pareja de policías corruptos chantajean a violadores de jóvenes para no denunciarlos en Los Angeles. Soderbergh adapta un cuento negrísimo de Jonathan Craig que, más allá de su resolución previsible, sorprende por la caracterización que hace de los personajes, la contención de las actuaciones y la excelente fotografía de Emmanuel Lubezki.
Love and Blood (Kiefer Sutherland): policial en el que un boxeador trata de recuperar a su ex esposa y se involucrado en el crimen de su amante en Los Angeles. Uno de los peores ejemplos de utilización de la voz en off del protagonista puede encontrarse en este episodio que ni siquiera puede contar bien la tontería de su trama argumental.
The Professional Man (Steven Soderbergh): policial en el que un ascensorista trabaja como asesino a sueldo en Los Angeles. La adaptación del cuento original de David Goodis introduce un elemento “actual”, el protagonista es gay que trabaja para un mafioso gay que maneja un bar gay, que termina distorsionando la simpleza y el fatalismo de la resolución. Por no hablar de poco afortunada elección de Brendan Fraser como protagonista y el innecesario abandono de la concentración de la acción en una noche. Soderbergh sólo puede lucirse en el plano expresionista que muestra el primer asesinato.
A Dime a Dance (Peter Bogdanovich): policial en el que una bailarina de un club nocturno es asesinada y su compañera ayuda a la policía en la investigación en Los Angeles. A Bogdanovich le interesa poco la trama policial (de hecho monta en paralelo con poca convicción el asesinato al principio). Prefiere disfrutar de la fotografía casi en blanco y negro (seguramente no lo dejaron filmar así) y de la dinámica de la historia de amor entre la bailarina y el detective (pequeño número musical incluido). Así logra una excelente secuencia de distracción que permite la aparición del asesino. Es una lástima que la resolución opte por un giro decepcionante que desmerece la relación.
Good Housekeeping (Michael Lehmann): policial en el que una mujer es tomada rehén por un grupo de criminales que buscan a su esposo en California. El episodio se encierra en la falta de variantes y lo poco atractivos que resultan los personajes de los delincuentes (William Petersen ciego, Marcia Gay Harden maquillada de femme fatale, y Benicio del Toro hablando como retardado) porque el trabajo de resistencia que hace Dana Delaney merecía mejores oponentes. El giro de la resolución es predecible, pero adecuado, aunque la forma de revelarlo es bastante floja.