Drama en el que un médico se obsesiona con una confesión de un sueño de su esposa en New York. Adaptación de Traumnovelle (1926) de Arthur Schnitzler. El film aborda las temáticas sexuales sin puritanismos ni provocaciones. Tampoco de forma convencional, nunca muestra a la pareja teniendo sexo. En la película se dan cita los coqueteos, las prostitutas y las fiestas en un ambiente de lujo, acompañados por el amor, los celos y la obsesión de una pareja. Lo mejor es la secuencia del castillo en la que las máscaras, los decorados, los rituales y la música componen un sinfonía hipnótica que resume la fascinación del sexo. Kubrick tampoco deja de lado el humor y el absurdo, algunos pasajes pueden recordar a After Hours (1985). Quizá la trama policial en la última hora empieza a girar sobre lo mismo y ciertos comportamientos del protagonista remiten a The Conversation (1974), pero la duración no se resiente nunca, la película se sostiene en sus poderosas imágenes. El final deja claro que el sexo no se hizo para teorizarlo sino para practicarlo.