Comedia de ciencia ficción en la que unos profesores universitarios investigan una invasión alienígena a partir de la caída de un meteorito en Arizona. Luego de varios intentos en la comedia más clásica, Reitman trata de aggiornarse los tiempos de los efectos especiales digitales y el humor escatológico. El resultado es desparejo. El problema resulta evidente, se trata de un guión serio (Don Jacoby) que recurre a chistes agregados. El film busca demasiado pronto la complicidad del espectador y no lo hace de la forma más feliz (tetas, culos, enemas). Pero una vez que podemos conocer los personajes marginados, incluye una canción funk en el auto, hace una relectura al menos simpática de la ciencia ficción de la década de 1950 y el chiste del enema alcanza proporciones épicas, la películaahí sí logra robarse algunas sonrisas. Las víctimas como bicharracos extraterrestres son el manager infiel, las amas de casa suburbanas y la ladrona de ropa: comentario cínico del concepto de evolución. Reitman muestra en los límites de la serie B sus siempre evidentes limitaciones como realizador. Al menos no engaña a nadie.