Drama en el que un predicador monta un show evangelista en Estados Unidos durante la década de 1920. Adaptación de la novela de Sinclair Lewis. Si bien el esquema es muy funcionalista en el tratamiento de las masas como aguja hipodérmica, no quita que la crítica de Richard Brooks a los charlatanes y embusteros sea lúcida. Sobre el final la película cobra toma otro vuelo ausente en las dos horas anteriores: la excelente secuencia de seducción de la prostituta, el rostro de Jean Simmons cuando ve el maltrato (el único plano espiritual), la paradoja de la manifestación del milagro-tragedia y el travelling que sigue al protagonista.