Drama en el que una niña pasa el verano en el campo de su padre donde trabaja un chico con un trastorno de desarrollo sexual en Entre Ríos en la década de 1980. Luego de un comienzo en el que Solomonoff subraya excesivamente las acciones que marcan el pasaje de la niñez a la adolescencia (la primera menstruación de la hermana, las peleas por el baño, la ropa interior), la historia se muda al campo. Allí va a encontrar con un caso particular. Si bien Solomonoff maneja el tema con delicadeza, las películas que lidian con casos de intersexualidad tienen un problema desde el punto de vista realista-cinematográfico. No por el hecho de que un actor o una actriz interpreten a un intersexual, sino porque esa condición no tiene el debido apoyo visual en las imágenes. La sencillez de la puesta en escena va perdiendo valor con el paso de los minutos y el cambio de punto de vista del relato no hace más que acentuar la condescendencia en la exposición del conflicto y el retrato de los prejuicios de las personas del campo.