Comedia dramática en la que un imitador de Elvis Presley se hace cargo de su hija después del accidente de su esposa en Avellaneda. El nieto publicitario de Armando Bo debuta en la dirección con el auspicio del americano Alejandro González Iñarritu y su película se queda sólo en la superficie de un planteo medianamente original. El último Elvis se estanca en la continua presentación de un simpático personaje supuestamente atractivo, la puesta en escena guiada por una cámara al hombro asusta por su falsedad y la película se convierte en la celebración de la celebración tributaria. Hasta la peor película de Harmony Korine tiene más autenticidad.