Comedia musical en la que un profesor da clases en un colegio secundario de Buenos Aires. Cada vez que el film intenta “estar al día” muestra lo caduco de su planteo. El retrato de los jóvenes es denigrante (cuando repiten “salud” en la primera escena de la película quedan inmediatamente descalificados). El personaje de Sandrini ofrecía algunas posibilidades atractivas (cuando se ve como estudiante), pero cada vez que explica sus razones (“habría que prohibir filosofía”) el oportunismo de su discurso queda expuesto. El principal problema es que siempre quiere caer bien. Por otra parte, ni el profesor ni los estudiantes lucen muy hippies que digamos. Los números musicales son medianamente vistosos y la presencia de bandas pioneras del rock argentino es atractiva.