Aventura caníbal en la que un veterano de Vietnam americano busca rescatar a su hija secuestrada en una isla de Sudamérica repleta de caníbales. La premisa es absolutamente ridícula y el film cae en un involuntario sentido del humor. Del resto hay poco que rescatar, más allá de la crueldad de los nativos contra las mujeres. Los caníbales, con la cara pintada, se mueven a un pegadizo ritmo de una música tribal.