Drama en el que un veterano político candidato es elegido por su partido para presentarse a las elecciones como diputado de Buenos Aires. La sátira y el humor del guión de David Viñas funcionan mejor que en El jefe (1958). Ayala se siente más cómodo en el costumbrismo que en el realismo. Pero la película queda presa de la falta de variantes y de una previsible denuncia de la corrupción.