Drama en el que un chofer y una camarera casados pierden sus trabajos en Helsinki. Kaurismäki depura su estilo en busca de la emoción pura. A través de la simpleza de la historia y de la sutileza de la puesta en escena (no exenta de sentido del humor) lo consigue sin problemas. La resolución puede ser esperanzadora (lo es) y desoladora al mismo tiempo. Lo importante es el recorrido.