Drama en el que una madre soltera de dos hijos trata de dejar la adicción a las drogas en un pueblo del estado de New York. A partir de la fotografía en video digital, la gran actuación de Vera Farmiga, la oportuna utilización de la música, el paisaje blanco nevado y una distancia pudorosa, la debutante Debra Granik esquiva las trampas de este tipo de relatos. En el camino encuentra algún que otro hallazgo sin aires de pretensiocidad: el ralentí en el puente, la serpiente que sale de la jaula, el silencio en el auto detenido. Lo complejo del personaje, madre drogadicta todavía buscando el medio para el cambio, es capaz de sostener por sí sola la historia. En ese sentido las variaciones de los estados de ánimo y la dificultad de la transición están expuestas con timing adecuado. En el actual panorama del cine indie americano Down to the Bone es una rara, valiente e inteligente propuesta promocionada por el festival de Sundance.