Cuento de terror en el que una escultora ayuda a su hija adolescente a escapar de un demonio que la persigue en Gales. Al principio Caradog W. James saca provecho de la pirotecnia visual (ese travelling con la cámara girando dada vuelta) y la presencia del demonio resulta aterradora, pero la película duda en adoptar la contención del cuento gótico o la dinámica del slasher sobrenatural. El problema es que la trama de la madre que busca la custodia y la aprobación de su hija no ofrece muchas variantes dramáticas. El personaje de la adolescente conflictiva y solitaria recuerda un poco al de A Nightmare On Elm Street (1984), pero progresivamente va quedando en un segundo plano. Incluso hay una escena de pesadilla medianamente efectiva (aunque de la madre) que remite al film de Craven. Para cuando la película abandona la casa de la protagonista ya carece de sustento. Tiene que inventarse un falso culpable y la intervención de la policía para demorar el enfrentamiento final. El problema endémico de la fotografía oscura en el cine digital se acentúa en algunos films de terror.