Cuento de terror en el que un doctor malvado envía un monstruo a la casa de unos amigos que se burlaron de él en California. Burton se junta con unos amigos y hace este cortometraje de 10 minutos, en blanco y negro y 8 mm. El resultado es ligeramente simpático pese al amateurismo y la atroz grabación de sonido (que trata de realzar las intenciones cómicas).