Slasher en el que un grupo de estudiantes alemanas son acosadas por un asesino en una escuela para señoritas en la costa de España. Franco se apropia del slasher americano y hace desastres plenamente justificados. A partir de los estilismos del giallo, su film no decae en ningún momento (pese a que el doblaje de los actores es atroz). Los asesinatos son tan imaginativos como sangrientos, el dibujo de los personajes resulta genial y los diálogos, impagables. El slasher en sus manos se convierte en un cuento de hadas perverso ambientado en un paisaje surreal.