Drama en el que una familia judía sufre los prejuicios y la discriminación en un pueblo de Rusia en 1905. Dreyer ensambla con fluidez y facilidad varias tramas paralelas sobre un romance, el antisemitismo y el germen de la revolución rusa. El gran mérito es que la frialdad (no exenta de crueldad) y la crudeza con que expone los hechos alcanzan su clímax en la resolución.