Secuela o remake de El mariachi (1992) en la que un guitarrista es confundido por un pistolero en un pueblo de México. Rodriguez dispone de más recursos, hace un excelente uso del ralentí, del montaje y de los fundidos y acentúa la violencia y la sangre de los tiroteos para dar una visión alucinada del oeste. Sin embargo falla en la inserción algo forzada y para nada sutil del humor y en la artificialidad de la dinámica narrativa. Es preferible quedarse con la versión anterior.