Comedia negra en la que un vendedor de armamento americano debe cerrar un trato con un dictador latinoamericano por un nuevo modelo de avión de combate. Friedkin acierta al presentar un personaje más allá de toda redención que no se cuestiona la ética de su trabajo y que no le importa entregar a su mujer a cambio. Pero esto es Hollywood y en el final mágicamente se redime. El film tampoco logra ensamblar el espectáculo (los gags y la secuencia de acción final con el enfrentamiento de los aviones) con la crítica a los discursos de Ronald Reagan.