Policial en el que un detective privado es acusado de un asesinato para el que fue contratado, pero no cometió en New York. En el film se observan los problemas de producción que originaron el despido de Cohen (saltos en la historia, cambios de tono, fallas de continuidad, clímax a las apuradas). Pero aun así, Billy Dee Williams se muestra cómodo en el papel de un detective privado y la agenda de temas propios de la década de 1980 (venta de armas, cirugías, yuppies, narcotráfico) es atractiva.