Drama en el que un joven mujeriego que quiere conocer a su verdadera madre en Hong Kong en la década de 1960. Wong Kar-wai empieza a mostrar su preocupación por el tiempo: los personajes viven con un pasado que no pueden olvidar y la narración, pese a la linealidad, abre brechas en el tiempo y se construye a partir de la repetición. Casi imperceptiblemente, porque el dominio estético es total, el film adquiere una densidad dramática tan bella como absorbente. Igualmente la violenta resolución es tan absurda como coherente con el planteo.