Comedia dramática en la que un estudiante secundario empieza a escribir un relato basado en sus visitas a la casa de un compañero de clase a las afueras de Paris. Ozon establece un puente entre el cine y la literatura con un juego metadiscursivo que envuelve al film y a sus personajes. Pese a la artificiosidad del conjunto, en ningún momento pierde la conexión emocional con sus personajes. Predomina cierta atmósfera perversa y extraña, más allá de que el tono del film nunca abandone del todo la distancia y la ironía.