Psycho thriller en el que un grupo de adolescentes se mete a un shopping de noche y es acosado por un policía psicópata que busca revancha por su despido en Sydney. La fotografía de Peter Levy, con sus grúas y travellings agresivos, le dan al film un look estilizado que le otorgó a Hopkins (y a él también) el pasaporte a Hollywood. Pese a que la premisa bastante desvergonzada invita a la simpatía, la película hace un pobre intento de retrato de la psicopatía del asesino y no puede evitar caer en los excesos propios del cine de acción.