Drama en el que una guionista va a visitar a su padre recién salido de una operación de corazón en Marseille. Tavernier repite la dinámica y el tono de Un dimanche à la campagne (1984), con esa mezcla de manierismo y realismo. Afortunadamente da espacio a los personajes, no cae en el sentimentalismo y evita la condescendencia y los diálogos proclamativos.
