Tragicomedia policial en la que dos criminales en fuga toman como rehén a un matrimonio en un castillo al norte de Inglaterra. En la película se juntan la violencia, el absurdo y la locura. Pero al mismo tiempo Polanski hace un agudo retrato de las relaciones humanas. A partir de situaciones tan normales como extravagantes se genera una constante incertidumbre por lo que va pasar.