Comedia policial en la que un detective privado investiga el asesinato de una actriz porno en New York. Avildsen hace una descarada exploitation que parodia al film noir (en especial a la figura del detective) y que adquiere la dinámica del cine porno (todas las escenas terminan en sexo). Pero aun así, no pierde la base realista de la puesta en escena (la profundidad de campo) y el humor aparece, ya sea por su carácter inmotivado o improvisado.