Comedia dramática en la que cinco hermanos crecen en Brooklyn, New York a principios de la década de 1970. Por fin Spike Lee baja los aires y las pretensiones, deja de lado la cuestión racial y se permite disfrutar de los personajes y las situaciones en el que tal vez sea su film más honesto. Si bien la trama tiene cierto tono evocativo, el conflicto responde más necesidades narrativas y por allí se le escapa algún apunte moralista, se agradece el final desdramatizador.